Sophie Rousseau~

Nacida en Japón en una familia de clase media con ascendencia francesa, fue la unica niña de cuatro hijos que tuvieron la señora Juliette y el señor Bernard.
Creció en un ambiente lleno de amor y cariño y aunque su padre no ganaba mucho, tenían todas las comodidades que una familia tan numerosa como aquella debía tener.
A los cinco años apróximadamente, Sophie padeció una enfermedad donde tuvo que recibir dos años de tratamiento en los cuales no podía ir a la escuela, ya que estaba muy indefensa, por lo que terminó educandose en su casa.
La pequeña en esa etapa casi nunca se encontraba sola, o jugaba con sus queridos hermanos mayores o estaba con sus padres. No había cosa que más le gustara que pasar tiempo con su familia.
A partir de los ocho años, ya totalmente sana y rehabilitada, comenzó a concurrir a un colegio cerca de su casa. No le costó mucho adaptarse al grupo y al cabo de poco tiempo terminó haciendose varios amigos, de los cuales todos eran hombres.
Sus padres comenzaron a preocuparse por como Sophie se mostraba indiferente a las cosas que hacían las chicas de su edad y que al contrario, las cosas que hacian los chicos le llamaran muchísimo la atención. ¡Hasta llegó a cortarse el pelo como un chico y entró en el club de Kendo, solo porque le parecía divertido!

Un día, ya cerca de sus trece primaveras, después de una de las muchas prácticas de deportes en las que participaba, conoció a Akira, un chico dos años mayor que ella, capitán del equipo de tenis y el príncipe de la escuela. No tardó mucho en hacerse amiga de él aunque a ella no le bastaba ser simplemente su amiga...ella quería ser algo más.
Cuando por fin fue a confesarse la respuesta de él la impactó demaciado..."Lo siento Sof, te quiero si...pero...no de esa manera, verás..te veo más como...mi mejor amigo el cual puedo compartir cosas que con una chica no compartiría".... No le fue dificil darse cuenta del doble sentido de aquellas palabras... sin duda le estaba diciendo en códigos, que a ella no la veía como una mujer sino más bien como un amigo.
Justo en ese mismo año, perdió a su madre en un accidente de tránsito dejando aún más dolorido el frágil corazón de Sophie. Para protegerse a sí misma cambió rádicamente su personalidad mutando a una persona totalmente diferente. Dejó crecerse el pelo y hizo que su aspecto se volviera como el de una total y perfecta señorita aunque sus acciones siguieran siendo como las de un hombre. Se volvió cerrada y malhumorada hasta con sus propios familiares y no volvió a hablar más sobre su madre.

Dos años después, la familia Rousseau recibió una carta de la prestigiosa y selecta escuela St. Miator's Girls' Academy para que Sophie pudiera formar parte de esta gracias a sus excelentes notas.
Su padre decidió enviarla para que tal vez alli pudiera lograr encontrar aquello que hacia mucho había perdido y poder ayudarla de alguna manera a sobreponerse de la perdida de su madre.